El San José recibe un serio correctivo del Palomares, equipo de inferior categoría en la ida final de la Copa Provincial. Los cañameros, en una severa crisis antes de terminar el año

Pipi trata de robar un balón / La Rinconada Web
La Agrupación Deportiva San José está viviendo unos tiempos complicados. Si en liga la irregularidad había vuelto a hacer acto de presencia, la Copa Provincial, el oasis de los buenos resultados para los cañameros, también se ha sumado a la crisis que sufre el conjunto del Felipe del Valle. Los cañameros recibieron un serio correctivo ante un equipo de menor categoría y que viene de perder 3-0 ante el Atlético Sanlúcar.
El partido del San José, siendo honestos, no hay por donde analizarlo. Otro partido insulso y sin garra de un equipo que comienza a entrar en el peligroso terreno de la soberbia. La plantilla parece estar pensando que con el nombre de los futbolistas podrían ir arrasando por aquello donde pisaban. Lo cierto y verdad es que, desde el derbi, el San José ha desaparecido y solo en la segunda parte del Ventippo pudo ver algo de luz.
El encuentro comenzó con un San José amedrentado por la valentía y el buen hacer del conjunto del Aljarafe. El Palomares anuló por completo al conjunto de Juan Carlos Menudo, que veía como los locales le pasaban por encima. Tanto fue así que ya en el 4 mandaban los de casa con un gol donde Carlos pudo hacer más, igual que en el segundo. Con un marcador inédito. Los cañameros y palomareños se marchaban con sensaciones totalmente distintas en cada uno de los equipos.
Ya en la segunda mitad, Juan Carlos Menudo se cargó a cinco de los titulares. Como ya es habitual, el técnico cañamero cargó contra el eslabón más débil, aquellos jóvenes que siguen sin acumular minutos y de los que el técnico sevillano pretende que les saque de una situación que se han ganado a pulso los pesos pesados del vestuario.
Para mayor indignación, a los 9 minutos, una pérdida infantil de Francis acaba en penalti para el conjunto local que acaba transformando para el 3-0. Menudo decidió darle una reprimenda al jugador que había cometido tal error grosero. Al final, la reprimenda fue de cara al público, pues cuando el San José recortó distancias por medio de Pipi, volvió a dar cabida al extremo azulino.
A raíz del gol de Pipi, el San José vivió sus mejores minutos, como si ello pudiera tapar la desastrosa primera mitad e inicio de la segunda que protagonizó el equipo de San José de La Rinconada. Se vio otra cara, algún sentimiento más de dolor por un partido que debió controlar el San José.
Ahora, aunque quedan 90 minutos en el siempre difícil Felipe del Valle, la situación vuelve a ser límite. La sensación vivida ayer en Municipal de Palomares no fue otra que la apreciación por parte de los aficionados de que el partido sobraba, y mucho. Lo cierto y verdad es que este partido no ha hecho más que acrecentar una sensación de desánimo en la parroquia cañamera que pretende desaparecer en el todavía más difícil ante el Betis C, el próximo domingo a las 11:00 en la Ciudad Deportiva Rafael Gordillo.