1ª Andaluza: Desastre cañamero

El Rinconada pasa por encima del San José y abre una brecha importante entre ambos conjuntos. Los aficionados cañameros, muy críticos con la plantilla y el entrenador

El Rinconada celebra el primer gol de Sergio / Lucas Yébenes

La Agrupación Deportiva San José sufrió un severo correctivo en el derbi rinconero, el partido más atractivo de la comarca esta semana. Juan Carlos Menudo, en una entrevista después del partido para Radio Rinconada afirmaba: «Hemos rozado el ridículo», y lo cierto es que no era para menos. Los cañameros no se presentaron en el Nuevo Leonardo Ramos Yerga, más allá de los primeros minutos de partido donde tuvo el dominio del balón.

El dominio fue cañamero en los primeros minutos, con un Rinconada que le duraba muy poco la pelota y un San José que la mantenía, llegaba a la portería de Iván, pero no inquietaba especialmente. A pesar de ello, la sensación era de control por parte de los de Juan Carlos Menudo, que parecían dispuestos a firmar el primer tanto del derbi.

Nada más lejos de la realidad. A los 15 minutos de juego, Sergio, un ex-cañamero, clavaba un zapatazo desde fuera del área tras un robo rinconero y una contra excelsa, que culminó el centrocampista rinconero. El éxtasis en las gradas fue tremendo, con más de 600 espectadores rinconeros que acallaron a los poco más de 300 cañameros que había en el feudo del Rinconada.

A partir de ahí el San José desapareció. Fue un muñeco a merced del Rinconada que lo vapuleó y jugó con él como quiso, dejando una sonrojante imagen para la historia de los derbis. Kisko le dio al palo, Cuevas tuvo otra clarísima, y así innumerables ocasiones que no acabaron en nada gracias a Sebas, una vez más, el mejor de la Agrupación Deportiva San José.

Para ser justos, lo cierto y verdad es que, sin caer en excusas, el San José sufrió un arbitraje severo, protagonizado por Diego Jesús Romero Gómez, que una vez más, demostró que no está a la altura de este tipo de partidos. El colegiado del encuentro no vio una expulsión clara a Iván en los primeros minutos de juego, tras una entrada excesiva sobre Said cuando se marchaba solo a portería. Además, en el minuto 37, Cuevas usó la fuerza excesiva para llevarse por delante a Raúl Cabrera, que se marchó lesionado y con un esguince de grado II que lo tendrá apartado un mes de los terrenos de juego. Está claro que estos hechos no excusan a un San José que rozó el ridículo, pero bien es cierto que podría haber cambiado el curso del partido.

Ya en la segunda, el San José quiso salir con ganas tras la gran bronca de Menudo en el vestuario. El técnico cañamero sabía que le habían dejado vivo, pues lo más normal hubiera sido una renta mayor para el Rinconada. El revulsivo de la charla le duró poco, concretamente 46 segundos, el tiempo que tardó Cabana en hacer un penalti de infantiles. El defensa cañamero soltó los brazos dentro del área y el colegiado no dudó ni un instante en pitar pena máxima. En este momento, volvió a bajar a la tierra un ser extraterrestre llamado Sebas, que volvió a detener el penalti a Kisko, que lleva ya cuatro penaltis seguidos fallando.

De nuevo, la alegría le duró poco al San José, que sufrió el segundo al instante tras un remate de Sofian a la misma escuadra para poner tierra de por medio. Otro ex-cañamero que volvió a festejar el gol con demasiado ímpetu.

El partido comenzaba a tener tintes dramáticos para el San José. Los cañameros no hacían nada, y desde el banquillo se hacía menos. Con la lesión de Raúl Cabrera, Menudo prefirió incluir a Pitero en el lateral izquierdo, a pesar de ser diestro, y darle estreno a Javi Lozano, el flamante fichaje procedente del Atlético Central. Ello, sumado al ridículo cañamero, encendió a los aficionados, que no entendían por qué prefería ese invento a darle salida a Luca Parrado, lateral zurdo y que, cuando salió, fue de los mejores del partido.

El Rinconada a partir de este punto, se gustaba. Olió sangre y quería más, para poder hacer el máximo daño posible a un rival directo por el play-off. En el 71, Luis Cubero, de nuevo otro ex-cañamero, hacía el tercer tanto y lo celebraba de manera peculiar, pues recordaba a todos que el actual entrenador cañamero no contaba con él por poder estar al 100%. Desde el tercer gol rinconero comenzaron a escucharse «olés» en las gradas y a comenzar el recital rinconero para dar muestra al San José de que estaba haciendo el ridículo en casa del eterno rival. A los cañameros, les duele como, un equipo que hace no mucho tiempo estaba dos categorías por debajo, a día de hoy le haya humillado y esté en mucha mejor posición que los del Felipe del Valle.

La figura del entrenador tampoco ayuda. Un técnico experimentado, con un sueldo y plantilla desorbitada, se sentó a partir del minuto 70 en el banquillo y no fue capaz de dar ninguna instrucción en lo que quedó de encuentro. Esto refleja la impotencia que tenía el técnico, que se vio superado por la situación, incapaz de dar ninguna solución al respecto. No confía en los canteranos, tiene una plantilla corta porque él quiere, y sigue sin demostrar la regularidad que se le pide al equipo, y las piernas comienzan a temblar viendo el calendario que viene. Los aficionados cañameros, que han sido incondicionales de Menudo, comienzan a perder la paciencia. Algunos pidieron su dimisión durante el encuentro y llegaron a cuestionar su capacidad para sacar esto adelante.

Lo cierto y verdad es que la imagen cañamera fue dantesca. Solo Rubén, en el 91, maquilló un resultado que no fue histórico solo porque el Rinconada no quiso. La sensación era de que, si los rinconeros aprietan, los aficionados podrían haber presenciado una goleada de escándalo. Una vez más, un canterano tuvo que maquillar un resultado que la super plantilla cañamera se había encargado de dilapidar con un espectáculo circense.

La crisis se ahonda en el Felipe del Valle y los próximos compromisos son nada más y nada menos que el CD Ventippo y Real Betis C. Unos enfrentamientos que, de ser negativos, podrían acabar con la historia de Menudo en el San José. No por la destitución del técnico, ni mucho menos, pues la directiva no va a prescindir de él en ningún momento, sino por la dimisión del técnico ante el bochorno que podría causar estar rozando el descenso. A día de hoy, el San José está más cerca del descenso que del tercer clasificado, y eso escuece y mucho en el Felipe del Valle.

El Rinconada, por su parte, continúa con su idilio y parece muy complicado que se baje de los puestos de play-offs este año. Está realizando un año sublime, mejor aún que el año pasado, y ya tiene el broche este año de ganar a su eterno rival, a pesar de ser una plantilla que, sobre los nombres, era inferior.

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